Por Gabriel
Graus, Director Asociado de Humano
Comunicaciones.
Es
procedente titular esta columna parafraseando la famosa novela de Gabriel
García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, debido a que desde hace meses
se rumoreaba sobre la salida del Ministro Jorge Burgos de La Moneda, lo que
finalmente se materializó dando paso a innumerables especulaciones, porque a
pesar que se le restó dramatismo al asunto, todo ocurrió de una forma muy ordenada,
donde solo en una mañana el titular saliente informaba a los medios que por
cansancio dejaba su cargo, culpando de paso las pesadas tareas que conlleva
liderar la cartera de Interior.
Además,
quienes presenciaron la dimisión de Burgos y escucharon el por qué de su
decisión, señalando que la razón era el agotamiento, pudieron observar a un
secretario de Estado que dejaba el cargo inmutable frente a las inquisidoras
preguntas de los periodistas, pasando por alto una serie de desencuentros con
la Presidenta Michelle Bachelet durante su gestión, lo que favoreció la
creación de diversas teorías tras su salida.
Al
parecer olvidó la serie de encontrones con la Mandataria, algunos de ellos
producto de las inexistentes relaciones con las asesoras de la jefa de Estado, como
fue el sonado viaje de la Presidenta a La Araucanía sin comentárselo a Burgos, el
que motivó que presentara su primera renuncia y que fue rechazada por Bachelet;
la innumerables opiniones de Burgos frente a aspectos de algunas propuestas del
Ejecutivo que sacaban ronchas en Palacio; su insistencia frente a la Agenda
Corta Antidelincuencia, férreamente cuestionada por parte de la extrema
izquierda de la Nueva Mayoría; el casi quiebre entre el Ministro y el Subsecretario
Aleuy, cuando este último prohibió el ingreso a Santiago de los camiones que
venían del sur, provocando un caos en la capital, el que fue finalmente
resuelto por Burgos al enmendar la orden; y finalmente, la pugna por la salida
del Administrador de La Moneda, un “parto inducido”, según Burgos.
Ya
en los últimos tiempos, el desorden más propio de un consejo de curso escolar
que impera en la Nueva Mayoría hacía imposible una coordinación, esto porque
además, muchos de sus líderes al parecer están tratando, tratando y tratando de
aparecer con agendas propias, esto a la luz de las encuestas que marcan una
desastrosa aprobación de la Mandataria, y aún peor en el gobierno. Pero la
guinda de la torta se la lleva el Presidente de la Cámara de Diputados, el
socialista Osvaldo Andrade, quien envió hace un par de semanas un sintético
mensaje a la Presidenta Bachelet a propósito de la ofensiva impulsada por la
bancada de su partido, que tenía por objeto impugnar la llamada “Agenda Corta
Antidelincuencia” del Ejecutivo ante el Tribunal Constitucional, que preside Burgos,
y su “téngase presente”.
Realmente,
el tener que lidiar diariamente con situaciones como las descritas no solo
cansan, sino que también agobian. Burgos expresa que su salida se debe a
motivos personales, pero lo personal da para más, como ya muchos conocen la
compleja relación que mantuvo con la Jefa de Estado, mientras que el cansancio se
atribuye al extenuante horario de un ministro, que muchas veces pasaba de las 21:00 hrs. Hay
que reconocer que el horario es extenso, pero hay muchos que iniciamos en la
misma jornada y terminamos a las 0:00 o a las 02:00 hrs. también. Desconocemos
el estado de salud actual de Burgos, pero a lo que quiero llegar es que su
cansancio se debe más a diferencias en el interior de La Moneda, pero no queda más
que respetar su decisión, y continuar en este escenario dramático que mantiene
a la política chilena en declive.
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